1- Hiperbórea contra Jehová
2- Historia de una guerra desconocida
Por
Ignacio Ondargáin
1- Hiperbórea contra Jehová
En
este capítulo vamos a estudiar una obra que trata de la cuestión hiperbórea y
del esoterismo nazi, que navega por los mares insondables del misterio y que es
enigmática donde las haya; nos referimos a “El Misterio de Belicena Villca”, de Nimrod de Rosario.
Belicena Villca relata la historia de una familia que es custodia de
la más antigua Sabiduría Hiperbórea. Esta condición heredada de sus antepasados
atlantes-hiperbóreos, hace que los agentes del mundo dirijan contra ellos una feroz
persecución cuya única intención es exterminarles y acabar con lo que ellos
significan en este mundo.
Sabemos
que estos temas son de difícil comprensión para las mentes modeladas por los
medios de comunicación y la educación-programación del Sistema que domina el
mundo. La gente común cree y entra en el “debate” únicamente de aquello que el
Sistema cuenta en sus medios; todo lo que el Sistema excluye de su
programación, “no existe”, opina el hombre medio.
Pero
esto no tiene por qué ser así.
Muchas
veces, cuando en los “medios de comunicación” vemos el relato de los acontecimientos
presentes que van formando la historia y el mundo, puede parecernos que no se
nos cuenta “toda la verdad”. Incluso muchas veces llegamos a la conclusión
evidente de que mucho de lo que se nos cuenta está manipulado. Lo mismo sucede
cuando nos relatan o nos “informan” sobre la historia del pasado. En las
escuelas de niños empieza todo un sistema de adoctrinamiento que lleva a la
“humanidad” a pensar en una misma dirección y de una determinada forma. La
literatura que promociona el Sistema que domina el mundo mediante los “medios
de comunicación” (televisión, radio, revistas, cine...) y que se halla presente
en los hogares, escuelas, librerías, bibliotecas públicas, librerías, etc.,
etc., está afecta a este mismo esquema de pensamiento. Una sociedad dirigida
desde los bastidores y que vive en la perfecta ignorancia de su condición.
La
historia oficial, la que el Sistema nos inculca desde pequeñitos, tiene un patrón
único y es unidireccional. Es decir, este mundo ha establecido una historia de
buenos y malos y además ha imprimido a la historia una dirección y un sentido.
Pero
el Sistema, el poder mundial, oculta por todos los medios su propia identidad
así como sus auténticos propósitos. En consecuencia, podemos afirmar que ni la
dirección ni el sentido de la historia en los que hemos sido adoctrinados desde
pequeñitos se ajustan a la realidad. No obstante, en esta deformada versión de
la realidad en que vivimos es en donde el Sistema que domina el mundo
fundamenta la justificación de todas sus actuaciones: nos referimos al mito de
la “democracia”.
¿Podemos
realmente encontrar la felicidad en la condición de un ser mediocre y
manipulado?. Hay quienes piensan que no es preciso respetar los límites que el
Sistema ha impuesto en nuestra mente. Es más, hay quien afirma que es saludable
y beneficioso dejar de estar limitado por tal estado de cosas. En definitiva,
un día podemos llegar a plantearnos si es cierto lo que el Sistema pretende que
creamos y si hay algo más allá del mundo que nos han contado y al que nos han
encadenado con invisibles cadenas. Ciertamente, este puede ser un día
peligroso.
Más
allá de la historia contada, en el trasfondo de la historia de la humanidad, se
hallaría una auténtica Guerra de los Mundos. Diversos autores se han referido a
este hecho, si bien la difusión de sus obras ha sido siempre silenciada,
ridiculizada o, finalmente, prohibida por el Sistema.
“El Misterio de Belicena Villca” viene sondear los secretos de esta confrontación
cósmica. El relato nos sitúa en la visión gnóstica, reivindicando a Lucifer
como ser de luz espiritual opuesto por su naturaleza a Jehová, demiurgo Creador
del mundo material. Sobre esta base, el mundo en que vivimos, Creación de
Jehová, sería un mundo satánico. Uno de los primeros trabajos en tratar la
cuestión es el libro “La Corte
de Lucifer” publicado en 1937 por Otto Rahn. En la obra de este alemán,
hallamos en Lucifer a un dios guerrero del mundo del espíritu. Frente a
Lucifer, la Creación
de Jehová sería un mundo en el que los espíritus hiperbóreos se hallarían
atrapados como en una cárcel.
En
un tiempo muy lejano, antes de la historia de la humanidad, Lucifer y sus huestes,
desde el Más Allá, entraron “aquí” para liberar los espíritus que habían caído
encarnados y encadenados en la
Creación. En el consiguiente combate que se desencadenó
cuando Jehová y sus agentes acudieron en defensa de su Mundo, la esmeralda
central de la corona de Lucifer, cayó precipitada sobre la tierra. Esta joya
del Príncipe de los “ángeles rebeldes” es conocida desde entonces con el nombre
de Grial, o Gral.
Aquel
suceso abrió las puertas para que los divinos hiperbóreos, como Apolo, pudieran
acudir desde el Más Allá al mundo de los hombres ayudando a liberarse a quienes
eran inspirados por el Grial. Este objeto luciferino, es la piedra del mundo de
los dioses que por la herencia racial o sanguínea llega a manifestarse en
algunos hombres. El Gral es la “piedra fría” espiritual, viva pero sin vida de
este mundo, que nos lleva a despertar y a buscar más allá de la creación del
Uno Jehová.
Este
terrible acto de rebeldía, buscar más allá de la Creación , desata la
cólera de Jehová y marca la historia de la humanidad. La Atlántida cayó por tal
suerte de combate en el que los agentes de Jehová, tal como sucede hoy día, trataban
de imponer a la humanidad una sinarquía universal en la adoración y el servicio
de Jehová y su Creación. Pero los Atlantes Blancos, descendientes de los
hiperbóreos, resistieron con todo su poder contra los agentes del mundo material
llegándose a un terrible enfrentamiento. Finalmente Lucifer y sus huestes
acudieron en ayuda de sus hijos llegándose a un final apocalíptico y a la
destrucción total de la
Atlántida.
Belicena Villca nos habla de la existencia de una Guerra Esencial, un
enfrentamiento entre Dioses, un conflicto que se inició en el Cielo y luego se extendió
a la tierra, involucrando a los hombres. El continente desaparecido de la Atlántida sólo fue un
escenario más, una batalla más en el marco de esta Gran Guerra Cósmica.
En
el Origen, más allá de las estrellas, hallamos el Mundo del Espíritu. Allá, desde
el Origen, los Dioses Liberadores de Lucifer guían y ayudan a los suyos, a sus
hijos para que luchen por liberarse de las cadenas y del gran engaño del mundo.
En esta Gran Guerra Esencial, los Dioses Liberadores, o Dioses Blancos, son los
guardianes de un Pacto de Sangre con los Atlantes Blancos y sus descendientes.
Estos, los Atlantes Blancos, son hijos de sangre de los Dioses Liberadores, las
huestes de Lucifer.
Cuando
llegan a la Tierra
guiados por Lucifer, los Dioses Liberadores crean Hiperbórea, nombre que
tomaron de la
Hiperbórea Extraterrestre o increada, la Patria del Espíritu. En el
Centro de Hiperbórea se halla Thule, su capital. Thule es el centro impasible e
inmanente, asiento del Gral que refleja el Origen y que es tan inubicable como
este. Sólo los iniciados en el Misterio de la Sangre Pura , esto es,
los Guerreros Sabios Hiperbóreos iniciados en el Misterio de AMort o A-Mor,
pueden entrar en la morada de los Dioses Liberadores.
Como
decimos, antes de la actual historia de la humanidad, hubo una civilización ya
olvidada por la limitada memoria de los humanos. Esta civilización, conocida
con el nombre de Atlántida, desapareció en una sola noche a causa de un
terrible cataclismo. En medio de aquel desastre, los Dioses Liberadores guiaron
a los supervivientes de los Atlantes Blancos, quienes, llegando a Europa desde
el Atlántico, fueron avanzando hacia el este levantando grandes construcciones
megalíticas mágicas que canalizaban las energías telúricas creando espacios
libres para el “espíritu increado”.
Pero
tras los Blancos, venían los Atlantes Morenos, quienes a su paso se encargaban
de pervertir y arruinar toda la obra de creación de los primeros.
Los
Atlantes Blancos, se dirigían a la ciudad de K’ Taagar, o Agartha, refugio de
los Dioses Liberadores, donde permanecen aún hoy aguardando la llegada de los
últimos combatientes hiperbóreos. Esta ciudad fue construida hace millones de
años en los días en que los Dioses Liberadores llegaron a este universo desde
el Portal de Venus.
En
todo el relato de Belicena Villca,
hallamos siempre enfrentados a los dioses hiperbóreos de Agartha frente a la Fraternidad Blanca
de Chang Shambalá, servidores del Plan “evolutivo” del Demiurgo.
Belicena Villca nos explica al existencia de dos pactos antagónicos:
1- El Pacto de Sangre del
Imperator Universal
2- El Pacto Cultural del
Mesías Hebreo
Por
el primero los descendientes de los Atlantes Blancos se ligan en espíritu a los
Dioses Liberadores.
El
segundo pacto impone la esclavitud al mundo material y la sumisión y adoración
religiosa a Jehová, el Creador del mundo material. Según este Pacto Cultural,
en la adoración a Jehová, se obtendría de Él la suerte y el favor, pues él es
el Soberano de este mundo. Al igual que en los rituales Vudú, según detalla la
biblia judía, Jehová exige a sus adoradores el degüello de víctimas para serle
ofrecidas en holocausto: “Y Noé empezó a edificar un altar a Jehová y a tomar
algunas de todas las bestias limpias y de todas las creaturas voladoras limpias
y a ofrecer ofrendas quemadas sobre el altar. Y Jehová empezó a oler un olor
conducente a descanso” (Génesis 8,20). Esto es Jehová, un ser que encuentra
descanso y sosiego en el degüello de seres vivos; un ser que gusta de oler la
carne y la sangre de seres vivos asesinados, degollados, desangrados y quemados
en su altar.
Para
el Pacto de Sangre es imprescindible la pureza de sangre, ya que el lugar en
que los Dioses Liberadores habitan es la sangre divina de los descendientes de
los Atlantes Blancos. Se trata de hacer resurgir al dios que es Uno Mismo, el único
que tiene entidad real en Sí Mismo y que habita en la sangre. Para ello hay que
liberarlo de los agregados de la
Materia que le encadenan en la prisión material.
Frente
a la necesidad de recrear la pureza original de la raza divina, la misión de
los Atlantes Morenos, servidores de Jehová, es destruir la pureza racial de los
hiperbóreos para neutralizar el Pacto de Sangre e impedir la liberación del espíritu
de la cárcel de la materia. Acorde con su dinámica de magia negra, atrapando el
espíritu de los hiperbóreos en su Creación material, Jehová trata de dar
impulso a la “evolución” del animal-hombre manteniéndolo en “perfecta” actitud
de sumisión y adoración hacia Él.
Los
Atlantes Blancos viven una vida en guerra contra la materia. Levantando fortalezas
mágicas de piedra, consiguen espacios sagrados arrebatándole ese territorio al
Enemigo. La Muralla
Hiperbórea de Piedra garantizaba la existencia de este
territorio donde podían manifestarse y habitar las fuerzas del Espíritu Increado.
Así mismo, existía toda una ciencia sagrada de la agricultura y de las cosechas.
No obstante todo esto, los Atlantes Blancos no tenían apego a la propiedad ni a
la tierra y se hallaban en constante estado de guerra contra las potencias de
la materia.
Frente
a esta visión heroica de la vida, las sociedades refinadas que han desarrollado
el lujo y el consumismo de objetos inútiles al espíritu, se fundamentan en
acomodar al hombre en el mundo haciéndole olvidar el Origen, encadenando
“agradablemente” al espíritu del hombre en la materia y destruyéndolo.
Belicena Villca nos explica cómo el Misterio de la Iniciación Hiperbórea
se fundamenta en alcanzar el arquetipo, la esencia del objeto, hasta comprender
“la serpiente” con el Signo del Origen, despertándolo. Es preciso hacer despertar
al héroe dormido en la prisión de la materia y reorientarlo hacia el Origen.
Una vez despertado del sueño de milenios, el héroe ha de conseguir crear un
espacio interior, un Castillo Interior o una plaza liberada de la influencia
del mundo material: “Cuando el hombre despierto se ha situado en su Arquémona y
libera la plaza interior por la Oposición Estratégica ,
indeterminando o tornando infinito el cerco real, el lapis oppositionis que se encuentra
en el Valplads (la Creación
del Uno donde las huestes de Wotan luchan contra Jehová), se dice que su lugar
constituye la fenestra infernalis del Arquémona, el punto infinito del Cerco
Estratégico: la fenestra infernalis es el punto de mayor aproximación entre la
plaza liberada y el Valplads, y frente a ella se enfrentan el hombre despierto
y el Demiurgo Cara a Cara, se confrontan dos Estrategias Totales, la Hiperbórea y la Satánica ”. (Belicena Villca, día 45).
Finalmente,
el iniciado descubre la salida secreta por la que escapar del mundo de muerte,
reinado de Jehová.
Belicena Villca nos habla también de la Virgen Negra , del Sol
Negro, espiritual: la Virgen de Agartha. Esta es Nuestra Señora
espiritual, impasible, Señora del Fuego Frío. Frente a ella nos encontramos con
la Virgen de
los Dolores, la madre de la creación de Jehová: una virgen sentimental que
ablanda al hombre por el contacto tibio de la materia.
Tras
la caída de la Atlántida ,
los iniciados hiperbóreos guardan unas piedras mágicas conocidas como Piedras
de Venus. Estos son objetos provenientes de los antepasados divinos, donde
puede percibirse en la pureza de la sangre el
Signo
del origen. Como tal, las Piedras de Venus son un vínculo con los dioses y han
de ser preservadas para impedir que puedan caer en manos de el Enemigo. En esta
guerra mágica, los Atlantes Morenos, servidores de Jehová, buscan hacerse con
las Piedras de Venus. A lo largo de los siglos, consiguen hacerse con muchas de
estas piedras que eran custodiadas por las naciones que han conseguido
destruir. No obstante, aún permanecen algunas piedras fuera de su control.
2- Historia de una guerra desconocida
En
la revelación del Misterio de Belicena
Villca hay dos puntos que pueden sorprender y contradecir especialmente la
idea más común de las cosas. Nos referimos a:
-
el papel histórico de los templarios en la conspiración sinárquica.
-
la naturaleza levítica de los druidas y sus sacrificios de sangre al Uno Jehová.
Puestos
en antecedentes, vamos a empezar la historia desde el principio.
Cuando
los Atlantes Blancos supervivientes de la Atlántida , guiados por los Dioses Liberadores,
llegan al occidente europeo en su viaje hacia la ciudad de K’ Taagar, o
Agartha, levantan diferentes centros de civilización. En el sur de la península
Ibérica fundan Tartessos, reino que sería regido por la casa de Tharsis sobre
el fundamento de la
Sabiduría Hiperbórea. Esta casa de Tharsis es la familia de Belicena Villca.
Según
el relato de Belicena Villca, los
mayores enemigos de los hiperbóreos son los Golen. Estos son los más fieles
servidores y adoradores de Jehová y en quienes Este ha depositado su mayor
responsabilidad. Su origen, dice el Misterio de Belicena Villca, hemos de situarlo en el siglo VIII a.C. cuando Sargón
destruye el Reino de Israel. En esas circunstancias históricas un grupo de
judíos dirigido por una poderosa casta de levitas huye hacia el norte.
Después
de atravesar el Cáucaso, donde son diezmados por pueblos arios, los judíos se
integran en un pueblo que merodeaba por las llanuras del centro de Asia, los
escitas. Pese a esto, la identidad racial de los escitas no se vio esencialmente
alterada, pues estos eran muy superiores en número a los judíos. La casta
levita no se integró en la nación escita y permanecieron dedicados al Culto a
Jehová y a la cábala numérica, consiguiendo avanzar en el estudio de la
hechicería y la magia negra. Desde entonces serán conocidos como Golen. Gracias
a su persistencia y a su fe en Él, Jehová les escogerá para desvelarles el más
alto grado de conocimiento sobre su Creación; el más alto conocimiento admitido
al animal-hombre.
Cuando
los escitas invaden Europa, pasan a ser llamados celtas. Estos estarán dirigidos
en todas sus acciones por los Golen, conocidos ahora con el nombre de
“Druidas”, destacando sus campañas de acoso contra Tartessos y contra Roma.
Hace
más de dos mil años, cuando aún existía el Reino de Tartessos, la familia de Belicena Villca, sus antepasados de la Casa de Tharsis, son llamados
desde el Más Allá a ponerse en contacto con la Diosa Hiperbórea
que se manifiesta como, o a través de Belisana, llamada Frya por los Atlantes
Blancos y Lillith por los Antiguos Hiperbóreos.
Esta
diosa conocida también como Pyrene, hablando en la pureza de sangre de los
tartesos, hace que recuperen su antiguo Culto a Belisana. Este es el Culto del
Sol Negro o espiritual. En él se sitúa a los hierofantes tartesos ante la Prueba del Fuego Frío donde
han de ser transmutados. Los pocos que consiguen superar esta prueba de la
muerte no son ya humanos de carne y hueso sino que transmutan en Hombre de
Piedra Inmortal, un Hijo de la
Muerte.
El
culto exotérico a Belisana, que fue ampliamente difundido en Tartessos, se convirtió
pues, para los pocos, en una vía que les permitiría alcanzar el Reino del
Espíritu.
Pero
sobre Tartessos se cernía la conspiración de los Golen, quienes trataban de
apoderarse de la Piedra
de Venus y de la Espada Sabia ,
objetos hiperbóreos que poseía la
Casa de Tharsis, la aristocracia de Tartessos desde el
hundimiento de la
Atlántida. Así , tras siglos de asedio, dirigidos por los Golen,
Cartago arruina a Tartessos, invadiéndola. Cuando veintidós Golen van a buscar la Espada y la Piedra de Venus, veinte de
ellos mueren en una trampa preparada por los tartesos. Sólo sobreviven dos
golens que no tienen espíritu pero sí alma inmortal (al igual que Jehová): Bera
y Birsa. Los tartesos han conseguido poner a salvo los objetos hiperbóreos en
una cueva sagrada donde nunca podrán entrar los agentes del mundo material.
Treinta
años más tarde, Roma vence a los cartagineses. La victoria de Roma, enemiga de
los Golen, hace que estos se retiren a regiones apartadas como Lusitania,
Galia, Britania, Irlanda...
Seis
siglos después, tras la caída de Roma, la casa de Tharsis adopta el cristianismo,
o el barniz cristiano, como los gnósticos, los maniqueos y los cátaros o
albigenses. Los iniciados hiperbóreos reconocen en el cristianismo un esoterismo
ario, identificando a Kristos con Wotan, un guerrero hiperbóreo en lucha contra
Jehová. Este cristianismo es el de Kristos-Lucifer, el que guía y lucha por la
liberación de la cárcel de la materia.
El
otro cristianismo, el judeo-cristianismo, el de Jesus-Cristo, es el de
adoración a Jehová y de la aceptación de su condición humana-animal: el
cristianismo del perfeccionamiento en la adoración y el culto a Jehová-Satanás,
el Creador del Mundo Material.
Tras
la caída de Roma, los Golen (Druidas) adoptan el judeo-cristianismo y principalmente
desde Irlanda empiezan a organizar su “desembarco” continental en Europa. Dan
creación a la Orden
Benedictina que con el tiempo derivará en Cluny, el Císter y
el Temple. A imitación de las religiones de Asia, establecen monasterios
regidos por reglas monacales. Monjes misioneros se dispersan a los cuatro
vientos por todo Europa. Con la intención de transformar la cultura europea
según sus necesidades estratégicas, edifican cientos de monasterios desde los
que difundir la ideología judeo-cristiana, sinárquica y universalista del Uno
Jehová.
La
desaparición del Imperio de Roma hace que en toda Europa Occidental se creen
reinos germánicos de tradición romana. En todos ellos el judeocristianismo se
impone como religión oficial.
Dos
siglos más tarde, en 711, la
España visigoda es invadida por el Islam. Por el este de
Europa, los musulmanes amenazan el Imperio Bizantino y toman Jerusalén.
En
el corazón de Europa, los Golen consiguen alcanzar los más altos resortes del
poder, dominando el Vaticano, eligiendo a los papas y dando impulso definitivo
al judeo-cristianismo. Carlomagno, dirigido por los Golen, lleva a los francos
a la guerra contra los sajones, sus hermanos de sangre. Los sajones, muy
inferiores en número, resisten heroicamente durante años, pero finalmente pierden
la guerra y en 783, en Verden, Carlomagno hace decapitar a cinco mil nobles
sajones. Su Sangre Pura consumaría el sacrificio ritual agradable al Dios
Creador: Jehová-Satanás.
Los
Golen se centrarán ahora en la tarea mesiánica de recuperar el tesoro de Salomón
y las Tablas de la Ley. Para
ello, habrán de arrojar a las masas el ideal de la Cruzada y de “liberar”
Jerusalén. Recuperando el tesoro judío escondido durante siglos en Jerusalén,
los Golen tratarán de conseguir la creación de una Europa unificada bajo las
catedrales y el Templo de Salomón; una Europa controlada por una Orden militar
de la Iglesia
Católica , administrada por una Sinarquía Financiera y
gobernada finalmente por el Pueblo Elegido:
“Al
llegar el final del siglo XIII, los Golen habían conseguido casi todos los planes
de la Fraternidad
Blanca : La Orden Benedictina-Golen y sus derivaciones,
Cluny, Cister y el Temple, estaban firmemente establecidas en Europa; el
Colegio de constructores de Templos había adquirido, con la posesión de las
Tablas de la Ley
(descubiertas por los Templarios en Jerusalén), el Más Alto Conocimiento; los
gremios y hermandades de masones, instruidos por los Golen, estaban levantando
centenares de Templos, iglesias y catedrales góticas, en todas las ciudades
importantes de Europa y en ciertos lugares a los que se adjudicaba “valor
telúrico”; y los pueblos, desde los siervos y villanos hasta los Señores,
Nobles y Reyes, vivían en una Era de costumbres religiosas, sustentaban una
cultura donde Dios y los sacerdotes de Dios, intervenían activa y
cotidianamente; vale decir, los pueblos que ahora experimentaban la unidad
religiosa estaban preparados para recibir la unidad económica y política de un
Gobierno Mundial, la
Sinarquía del Pueblo Elegido; el poder económico de la Orden del Temple ya estaba
consolidado; y el ejército de la
Iglesia , que aseguraría la unidad política, también. (...)
Los planes de la Fraternidad
Blanca estaban a punto de concretarse: y sin embargo
fracasaron”.
(Belicena Villca. Capítulo 19).
En
las causas del fracaso de los Golen hallamos al resurgir del espíritu hiperbóreo
en diferentes manifestaciones. Ante el embate de las fuerzas satánicas que
trataban de someter Europa mediante el judeo-cristianismo bajo el yugo de
Jehová, los resortes dormidos de la conciencia europea despertaron en diversas
manifestaciones, dando lugar a movimientos como el de los cátaros de Occitania,
los bogomilos de Italia y los Balcanes y a soberanos dignos de su título como
el Emperador Federico II o Felipe IV de Francia.
Los
cátaros sostendrán una heroica resistencia frente a la cruzada lanzada contra
ellos por el Vaticano. Poseedores de una Piedra de Venus, los cátaros eran
acosados por las fuerzas del papa de Roma. Estos “herejes”, considerados así
por el Vaticano, fueron perseguidos por ser verdaderos “kristianos”. No
reconocían a Jesus-Cristo ni a su padre Jehová, sino que vindicaban a Luzbel o
Kristos-Lucifer, el guerrero hiperbóreo en lucha contra los agentes de la
materia y contra Jehová. Los cátaros habitaban en tierras de Occitania, en el
nordeste del Pirineo y su Patria fue destruída durante tres décadas por una
sangrienta cruzada católica. Finalmente, en marzo de 1244, Montsegur, la
fortaleza cátara hecha de piedra donde la leyenda cuenta que los cátaros eran
custodios del Gral, cae en manos de las fuerzas vaticanas. Pero la leyenda nos
dice también que cuatro perfectos consiguieron eludir, gracias a la complicidad
de algunos atacantes, el cerco de la fortaleza llevándose consigo el Gral y
escondiéndolo en una de las cavernas del Sabarthez, en el Pirineo.
Esto
es lo que nos dice la leyenda más conocida, tesis estudiada especialmente por
el coronel SS Otto Rahn en sus pesquisas por la región en busca del Gral. No
obstante, Belicena Villca afirma que
el Gral fue llevado a América, al actual estado de Paraguay. Para ello, cinco
perfectos cátaros, tras eludir las fuerzas vaticanas, habrían sido embarcados
en un buque de los
Caballeros
Teutones en un puerto del Mediterraneo. En definitiva, lo que estos relatos
vienen a referirnos es que los cátaros consiguieron poner a salvo el Grial
impidiendo que cayera en manos de los agentes de Jehová.
Los
Señores de Tharsis, fieles a la tradición hiperbórea, crean la Orden de los Dominicos. A
través de esta orden, los Señores de Tharsis consiguen hacerse con el poder de la Inquisición. Este
suceso que forma parte de la guerra oculta que mueve los hilos del mundo, es
fundamental en el fracaso de la estrategia golen, ya que desde la Inquisición , los
dominicos harán fracasar todos los planes de la Sinarquía.
Federico
II, quien había sido adoctrinado en el judeo-cristianismo para crear el Gobierno
Mundial del Pueblo Elegido, finalmente, denuncia el satanismo de Jehová,
recuperando la tradición de los antepasados hiperbóreos: quita la autoridad
vaticana sobre la moneda, el mercado, la justicia, la policía y la fortificación
dejando estos asuntos sujetos a la potestad de los Señores Territoriales. Este
fue un duro golpe a los planes de la Sinarquía , quienes trataban de unificar Europa
bajo su yugo.
Finalmente,
Felipe IV de Francia concluye la obra de Federico: expulsa de Francia a los
judíos en 1306 y, un año después, aniquila la Orden del Temple (monjes banqueros) desmantelando
su estructura sinárquica y financiera.
Felipe
IV el Hermoso (1285-1314), ayudado por sus consejeros legistas formados en la Universidad de Tolosa
en la tradición del Derecho Romano, se encargó de crear las instituciones
necesarias para hacer de su Patria una nación independiente y libre de la
continua extorsión del Vaticano. Aquí se desarrolló toda una guerra oculta que
está detallada en el Misterio de
Belicena Villca y que acabó con la disolución de la Orden del Temple, sus
finanzas y su mundialismo mesiánico. El rey se apoyó en las fuerzas vivas de la
nación en su conflicto con el papa Bonifacio VIII y logró imponerse al
Vaticano. Los Papas, establecidos en Avignon, estuvieron durante largos años
bajo el protectorado del Rey de Francia. La gran obra de centralización
iniciada por Felipe el Hermoso no se interrumpió. Con la disolución de la rica
y acaudalada Orden del Temple consiguió acabar con el enemigo interno-externo
que extorsionaba la Patria.
El triunfo de Felipe el Hermoso sobre los templarios
convirtió a Francia, a principios del siglo XVI en la mayor potencia de
Occidente.
El
Misterio de Belicena Villca
esclarece el verdadero papel de la
Orden del Temple: una institución judía enquistada en
Occidente para servir al mesianismo del "pueblo elegido”.
En
este punto, las fuerzas de la
Sinarquía habían sufrido un golpe demoledor del que tardarán
casi siete siglos en recuperarse. Como sabemos, finalmente en el siglo XX, “el
siglo de los judíos”, el plan de la Fraternidad Blanca
afecta al Uno Jehová e Israel, volvería con nuevos rostros y con fuerzas
renovadas para acabar de imponer su tiranía planetaria.
Situamos
los procesos nacionales de resistencia que se desencadenaron en Europa durante
la primera mitad del Siglo XX en el contexto de esta Guerra Oculta en la que
las fuerzas vivas del espíritu luchaban por liberarse de los agentes del mundo
de la materia. Y todo esto sucedía precisamente cuando los agentes de Jehová
trataban de hacerse con el poder definitivo del mundo.
Finalmente,
la Segunda Guerra
Mundial habría sido, según Miguel Serrano, una guerra tan grande y semejante a
la descrita en la Epopeya
hindo-aria del Mahabharata. En su día, esta Gran Guerra mítica fue el comienzo
del descenso de las edades y de la involución de la Segunda Tierra ; por
su parte, la Segunda Guerra
Mundial supuso el hundimiento definitivo de la humanidad y su abandono al
saqueo y el crimen de los agentes satánicos de la materia.
Este
es el momento de la historia en que nos encontramos.
Excelente descripcion del libro,almenos agradezco encontrar esta explicacion en este momento,excelente me refiero a la vision que me ha dado de todo el contexto en el que me sentia un poco sin vision periferica,aunque siempre con una curiosidad sanguinea ardiente,gratitud
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